Preparamos el terreno y se compraron cebollas y lechugas de varias clases. No hay mucho espacio pero suficiente para que los niños aprendan a plantar y a cuidar que todas esas plantitas salgan adelante.
Una vez allanado el terreno ya estaba listo para empezar. Hacemos los agujeros para poder ir poniendo poco a poco y a su debida distancia cada plantita.
Todos participan y tienen mucho interés.
Vamos plantando y al mismo tiempo eligiendo las plantitas que mejor y más fuertes están para que salgan adelante.
Cuando unos terminan ayudan a los más pequeños y así pronto terminamos todos. Ahora ya está listo para regar y esperar!
Pero no hay problema porque también les encanta regar el huerto y al final todos riegan su obra de arte.
Todos estamos muy contentos con nuestro trabajo bien hecho, el resultado es un huertecillo con mucho encanto. Ahora hay que regarlo y mimarlo para que nos de su fruto!!
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