domingo, 7 de noviembre de 2010

Moray y Chinchero



Dejamos, no sin pena, Ollantaytambo para dirijirnos a Moray por un camino en el que apenas nos encontramos unos burros, eso si...preciosos


Moray está en medio de la nada, fuera de las rutas marcadas y ahi pudimos encontrarnos con un espectáculo fascinante. Varios niveles de bancales concéntricos en un colosal cuenco de tierra y cada capa tiene su propio microclima según la profundidad en que se halle. Por ello, hay quien cree que los incas los usaban como una especie de laboratorio para determinar las condiciones óptimas a fin de cultivar las cosechas de cada especie.


Seguimos nuestro camino hacia Chincheros entre taxi, combis y gente muy amable que nos acercó al pueblo más cercano para pillar otra de estas maravillosas combis en las que normalmente tenemos que ir de pie o apretujados entre bolsas, niños y gente que sube y baja sin parar, toda una aventura pero siempre divertida.

Llegamos a Chincheros y después de tomar un tentenpie en uno de los dos restaurantes que hay en esta aldea, por cierto, muy bonito, nos fuimos a recorrer el ultimo tramo de nuestro fin de semana agotador. (Se llama "La casa de barro" y también es un hospedaje)

Chinchero es una típica aldea andina, y aparte de sus ruinas incas con sus espectaculares bancales, tiene unas magníficas vistas de las montañas.



Y también tiene unas rocas impresionantes con grutas y escaleras para poder recorrer.




Y de aqui con los gemelos detrozados de las escaleras incas, de las subidas, de las bajadas y con lo ojos llenos y las pilas cargadas nos volvimos a Cuzco para seguir con nuestra experiencia de voluntariado. Yo ya echaba de menos a los niños....

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