Este fin de semana pasado nos fuimos a conocer un poco los alrededores de Cuzco.
Estuvimos en Pisac, que es una aldea colonial encantadora en pleno Valle Sagrado, donde los domingos ponen un mercado artesanal precioso por el que pudimos pasear y comprar algunas cosillas como piedras naturales que tanto le gustan a mi hermana Luisa.
Como podéis adivinar tuvimos que salir corriendo de allí si no queríamos gastarnos el sueldo de un mes jajaja. Así que fuimos a pasear por el mercado de verduras, tintes de colores y mil cosas más curiosas.
Al día siguiente después de un buen desayuno enérgico en una cafetería encantadora en la que tenían libros para leer, nos dirijimos a subir a la impresionante fortaleza inca que pende sobre el saliente de una montaña en lo alto. Casi dos horas de pateo, como se suele decir, en pendiente y a una altutid considerable.
Con mucho esfuerzo lo conseguí pero creo que ya no estoy para estos trotes jaja.
Pero el esfuerzo mereció la pena, por la belleza de la vegetación que encontramos en el camino, las vistas y por lo que nos esperaba arriba.
Gracias, por mis piedras, estoy deseando tenerlas aquí. Ya no solo por ser gemoterapeuta, es que tengo una relación interior muy estrecha con el mundo mineral.
ResponderEliminarLas fotos son una pasada, sobre todo las del mercado con esa cantidad de colores tan puros.
Y que te voy a decir de las ruinas, piedras con una historia que contar.